lunes, 17 de agosto de 2009

Ella escucha, él oye.


Ella se puso en su lugar y desde allí le expreso en millones de palabras su sentimiento, el de su corazón.
El desde afuera oye en silencio, mientras rumea sus palabras e intenta en su cabeza darle algún marco de racionalidad.
Ella interpreta ese silencio como un signo de desinterés y afila inmediatamente los cuchillos.
El dice: -“No te entiendo”.
Ella exclama: - “No me escuchas”.


El se pone en su lugar y desde allí le describe en pocas palabras su sentimiento, el de su corazón.
Ella desde afuera lo escucha con los ojos cerrados y mientras sueña sondea con su brazo establecer algún contacto, una caricia.
El interpreta ese contacto como un signo de interés y agudiza inmediatamente su olfato.
Ella dice: - “Te amo”.
El dice: - “Yo también”.

1 comentario:

Índigo dijo...

Muy original, me gusta.