Hoy bien temprano, en una rebanada de tu pan unte la mermelada fresca de tu corazón...
Hoy al mediodia, la memoria de mi lengua aún te registraba dulce.
Hoy por la tardecita, sobre la yemas de mis dedos creí encontrar pegoteado algún resabio tuyo...
Hoy muy de noche, en mi insomnio ya ni migas de vos.
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