Mi índice anda encantado. Hechizado.
Me rasca la cabeza y señala todo el tiempo en tu dirección.
Te apunta y me dispara, y a ti voy.
Le dice NO a lo efímero y se expresa en doble clic (clic derecho) y me abre a vos.
Mi dedo índice jura, llama, acciona, calcula y hasta silencia.
Mi dedo índice no tiene memoria, ya se olvido que anduvo lastimado, curando sus heridas en alcohol.
Por las dudas no metan el dedo en la yaga.
2 comentarios:
No parece un índice. Que conste. pero me voy a callar.
Y desde luego, jamás meter un índice en la llaga. Así no acaba nunca de cicatrizar.
Shhhhhh... Buena refleccion ! Gracias India N.
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