domingo, 26 de julio de 2009

Sueño



Inicie el camino en mi cama, justo después de la segunda curva peligrosa de mis sabanas, ahí donde nunca me animo a no cerrar los ojos y me duermo.
El sueño transcurre lento por segmentos, con reversas improvistas y aceleres fugaces, con extrañas pausas, deformaciones y borrones ineludibles.
El sueño va, aunque desquiciado, siempre... siempre sobre un único camino. De pronto y sin opción debo razonar.
Sin ser fin el camino se bifurca. Por uno sigue mi sueño y por el otro dejo de soñar.

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